3 de Mayo del 2011
Alejandra Guzmán vive un doloroso regreso a los escenarios, a poco menos de un mes de haber sido operada de la cadera.
La artista se presentó el fin de semana en un concierto de Álamo, Veracruz. Se esforzó por disimular las molestias provocadas al bailar.
«Me sentí nerviosa, es la primera vez que debo tener conciencia de que tengo limitaciones. Ahora si tengo que cantar más bonito y bailar menos».
Guzmán, que confesó ser sometida a inyecciones de Complejo B, dijo que tras la experiencia ha tomado conciencia de cuidar su salud. «Estoy acostumbrada a que me valga madre, pero ahora trato de aguantar todo. Pero ya estoy organizando mejor las cosas y de hacerlas bien».
La Reina del Rock añadió que, aunque su recuperación es molesta, la atraviesa en silencio. «Es un proceso doloroso, aguanto callada», concluyó.
DE MAL HUMOR
Al terminar el espectáculo la cantante se trasladó a su hotel, custodiada por una patrulla Federal. Un equipo de periodistas trató de entrevistarla, pero ésta sólo respondió: «¿No saben lo que es la palabra cansada?».
El personal de su casa disquera, pidieron a gritos a la prensa no molestar a la artista. El penoso incidente ocurrió en el lobby del edificio.
LE NIEGAN PROTECCIÓN
Durante la tarde del domingo, a su partida a Poza Rica, Veracruz, la intérprete solicitó a las autoridades del aeropuerto capitalino que le asignaran un grupo de policías. Esto en caso de que los reporteros se acercaran para entrevistarla.
La respuesta del personal de la terminal aérea fue sorpresiva. Señalaron que la petición era imposible de cumplir debido a que la seguridad estaba contratada para cuidar a todos los usuarios, y no a alguien en especial.
El lunes al mediodía, a su regreso del estado jarocho, Alejandra ya contaba con un par de elementos de seguridad, que en todo momento la cuidaron. Tanto la prensa como el staff de Guzmán se comportaron a la altura, causando la sorpresa de la estrella. «Ahora no hubo madrazos», dijo al concluir una charla con los medios.