28 de Marzo del 2012
Alejandra Guzmán tuvo que regresar al quirófano a fin de retirar de su cuerpo los restos de polimetilmetacrilato (PMMA), la sustancia que, hace casi tres años, le inyectó en los glúteos Valentina de Albornoz con un fin estético; la cantante fue intervenida por su médico de cabecera, Raúl López Infante.
“Durante tres años se le estuvieron dando medicamentos para que su cuerpo no recayera en el proceso infeccioso, pero no está exenta de que este material le siga dando molestias. La intervención duró cinco horas y salió incluso más material que en la primera operación
“Una vez que se volvió a enfermar ya no hubo opción, los elementos que se aplicaron en sus tejidos persisten, no sabemos la cantidad que le suministraron, pero continúan en su cuerpo. En las radiografías nuevas se ve una cantidad mucho mayor de lo que se esperaba”, dijo el médico, tras la intervención.
López Infante aseguró que el resultado de la operación fue favorable, aunque la cantante podría recaer.
“Hicimos una cirugía más amplia que la primera, iremos retirando el material paulatinamente y no está exenta de una nueva operación. Ella está bien, sólo deberá tomarse el tiempo para recuperarse, es importante entender que su cuerpo se está limpiando. El tratamiento será el mismo que la primera ocasión y le tomará alrededor de un mes”.
Alrededor de las 5 de la tarde, Guzmán ingresó al quirófano, para combatir una infección causada por dicha sustancia. Y es que hace poco más de dos años, la rockera pisó el mismo hospital, con la finalidad de operarse e iniciar un tratamiento que le permitiera salvar su vida.
Horas antes de la intervención, Ale contó con todo el apoyo de su familia. Enrique Guzmán arribó al nosocomio a las cuatro de la tarde para apoyar a su hija sin ofrecer entrevistas, se encaminó hasta el lugar donde el resto de los miembros de la familia esperaban información.
Tanto el intérprete de “La plaga” como su hijo Enrique, lucieron preocupados cuando bajaron a la cafetería de hospital, esto sólo unos minutos después de las cinco de la tarde. El cantante no dejó de pasar su mano sobre la cabeza, una y otra vez.
Enrique tomó su mesa, cuando de pronto se percató que era captado por las lentes de los medios que, desde temprano, montaron guardia en el hospital, a fin de conseguir las reacciones de los familiares de La Guzmán.
En ese momento, los elementos de seguridad bajaron las cortinas del restaurante para evitar que el se sintiera incómodo. Acto seguido, el cantante se acompañó en la mesa por su hijo y una persona más, para ordenar sus alimentos y volver junto a su familia.
En días previos, la cantante había asegurado que su salud estaba mejor, que el hueso de la cadera se había regenerado y aunque no al cien por ciento, sólo esperaba contar con tiempo para realizarse un chequeo; sin embargo, los dolores regresaron y el médico indicó la operación.
Esta fue la razón por la que canceló su presentación en el palenque de Texcoco, pues le resultó imposible seguir la línea de sus compromisos, debido al intenso dolor provocado por los residuos de la sustancia que aún se albergan en su cuerpo y que se han plastificado dentro de sus huesos, músculos y tejidos.